Estos deliciosos bocaditos son muy fáciles de preparar, perfectos para esos días en los que necesitas un postre rápido. Son ligeros y deliciosos, y con mucha menos grasa y azúcar que las tartas de queso convencionales.
- Primero prepara la compota de arándanos. Pon a calentar a fuego lento los arándanos, 25 g de azúcar glas y el limón en un cazo con 2 cucharadas de agua, hasta que el azúcar se haya disuelto.
- Deja que hierva a fuego lento hasta que el líquido espese ligeramente y los arándanos queden blanditos pero enteros. Deja enfriar.
- Rompe las galletas en trocitos y repártelos en el fondo de 4 vasos.
- Mezcla el queso con 2 cucharadas de azúcar glas, añade el yogur y la esencia de vainilla, y remueve bien.
- Pon una capa de crema de queso sobre los trozos de galleta y luego añade otra capa de compota de arándanos. Repite el proceso y decora con unos arándanos.
- Si tienes tiempo, deja enfriar en la nevera para que adquiera mayor consistencia.